jueves, 27 de agosto de 2009

Una adolescente embarazada

“Juno” (2007)


Esta es una película reciente que toca un tema espinoso: el embarazo de las adolescentes y las opciones que se les presentan. Dicho de otra manera: “¿qué hacer con el bebé que crece en mi panza?”

El guión pertenece a Diablo Cody; ustedes pensarán tal vez que es un nombre exótico, pero en realidad se llama Brook Busey, y es una mujer que ha producido y actuado. No hay mucho más para decir de ella, salvo que ganó un premio Oscar por el guión de esta película.

La historia se centra en Juno, una chica de 16 años que descubre con frustración que ha quedado embarazada. Ese es el resultado de un encuentro sexual con su amigo Paulie Bleeker, a quien ella frecuenta. A partir de allí se abre el momento de las decisiones, y la gran pregunta que figura en el primer párrafo de este post. Se trata de una situación inesperada y no precisamente pasajera, que puede cambiar su vida para siempre.

En varias ocasiones Juno aparece "fumando" una pipa vacía.

En el rol de Juno está Ellen Page, que tenía 20 años al momento de estrenarse la película. Es una de esas actrices que aparentan mucho menos edad, y se la ve perfecta en su papel de adolescente. Ha participado en muchos filmes desde que tenía 10 años, y no se ha limitado a un solo género; de hecho tal vez su participación más popular y reconocible por el público sea el personaje “Kitty Pride” que interpretó en “X-Men 3”, estrenada un año antes que “Juno”.

Ellen Page interpreta a una adolescente despreocupada y sin complejos, que parece tomarse la vida en forma muy relajada y con mucho humor. Tiene sus intereses y aficiones, que iremos descubriendo a lo largo del filme, pero la línea general que marca su conducta es el desenfado. Una situación de embarazo como la que a ella le toca vivir daría pie a un dramatismo muy intenso, con lágrimas y alocuciones llenas de histrionismo. Pero Juno lo toma como viene y en ningún momento se queda parada esperando que del cielo (o del infierno) venga la solución.

La primera acción es consultarlo con “el padre”, Paulie Bleeker, interpretado por Michael Cera. Cuando vemos a Bleeker en pantalla podemos llegar a sentir lástima por Juno, ya que el muchacho no tiene precisamente el aspecto del chico decidido y valiente que se hará cargo de la situación, protegiendo a su compañera en el trance. Bleeker es flaquito, con cara de vacilación, le gusta correr y tiene como vicio comer Tic Tacs: es un adolescente que vive su edad y no se le puede pedir que asuma el peso de la carga que lleva Juno y de la que ambos son responsables. De hecho, otros personajes se asombran de que él haya sido capaz de embarazar a una chica. Juno queda sola y decide no involucrar a Paulie en el asunto, pero no lo culpa.

Juno y su amigo Paulie Bleeker: ¿el amor es más fuerte?

La siguiente opción es el aborto. Busca en los clasificados y encuentra lugares donde hacérselo. En EEUU (no en todos lados) el aborto está legalizado y es como ir a sacarse un lunar; una solución simple para quienes entienden que el embarazo es un problema y que se puede matar a un bebé inocente, haciéndolo responsable de errores ajenos. Juno acude a un centro de abortos legales pero descubre, por motivos no tan altruistas como los que podría parecer, que finalmente quiere tener al bebé. Entonces aparece la opción de darlo en adopción, y este es el tema central de la película, porque aquí Juno conoce a la pareja que adoptará el niño por nacer.

Aunque el filme se centra en Juno y su embarazado, también dan vueltas otros temas, como su relación con Paulie Bleeker, con su padre (el de ella), y con los futuros padres adoptivos, Vanessa (Jennifer Garner) y Mark (Jason Bateman). Sobre estos últimos personajes diremos que son una pareja bien posicionada, joven y sin problemas económicos, pero que no han podido tener un hijo. Colocan un aviso en los clasificados, ofreciéndose para adoptar, y Juno los elige. Vanessa es obsesivamente prolija y atenta, mientras que Mark es más relajado e informal, y por estas razones Juno entabla un vínculo afectivo con él. La joven y exitosa pareja espera ansiosa un bebé, pero mientras crece la panza de Juno aparecerán otros desafíos para superar.

Vanessa y Mark deben lidiar con Juno y su embarazo, pero también con otros dilemas.

El filme me gustó por su desenfado, principalmente encarnado por Juno. Pero Bleeker no se queda atrás y también hay buenos roles secundarios, como Leah (Olivia Thirlby) la mejor amiga de Juno; también es convincente J.K. Simmons en el papel del padre de Juno. Cabe acotar que Simmons ha actuado en muchas películas y series, entre ellas podemos nombrar “ER”, “Nip/tuck”, “Law & Order” y todas las de Spider-Man, donde interpretó al irascible J. Jonah Jameson. Y como Brenda, su segunda esposa en “Juno” tenemos a Allison Janney, también cumpliendo muy bien su rol.

Quiero dedicar un párrafo para hablar del título de la peli, que es simplemente “Juno”. Pero al menos aquí en Argentina la han distribuido también como “La joven vida de Juno”. Pero hay ejemplos peores: en Perú la llamaron “Embarazada por accidente” y en México se pasaron, bautizándola “Juno: crecer, correr y tropezar” (¡¡¡!!!). Horribles nombres alternativos, todos ellos. Me pregunto quiénes y por qué sienten la necesidad de no respetar el título original de tantas películas. Me vienen a la memoria ahora varios ejemplos: ya que hablamos de embarazos no deseados, hay una comedia titulada “Knocked Up” (algo así como “Que golpe” o algo por el estilo) y que rebautizaron “Ligeramente embarazada”. O recordemos esa buena comedia con Tom Hanks y Meg Ryan, que titularon “Sinfonía de amor” cuando en realidad se llamaba “Sleepless in Seattle” (el insomne en Seattle); o el drama bélico “Flags of our Fathers” (las banderas de nuestros padres) al que renombraron “La conquista del honor”. Es decir, nada que ver. A “Million Dollar Baby” la titularon también “Golpes del destino”, pero al final el título original se impuso, por suerte. Es ridículo cambiar el nombre original de un filme, ya que los realizadores de este lo han nombrado así por algo. El nombre es parte importante del filme, y debería hacerse una traducción literal toda vez que sea posible. Por suerte “Hulk” y “300” se salvaron del re-bautizo: podrían haberlos llamado “Furia color verde” y “Morir por Esparta”, o alguna pavada por el estilo.

Bueno, ya hice catarsis. Recomiendo a vosotros la película “Juno” por su original planteo de un tema que ciertamente no es fácil. Buenas actuaciones, bastante humor cínico, una cuota de dramatismo y algunos momentos en que se toman decisiones personales importantes. Es un combo para aprovechar.

domingo, 2 de agosto de 2009

Oesterheld se hace “Montonero”

“El Eternauta II” (1976)


Hace unos meses hablábamos aquí de la historieta “El Eternauta” y la definíamos como la vaca sagrada del comic argentino. No es exagerada esa calificación, pues los argentinos tenemos muchas historietas para mostrarle al mundo, pero “El Eternauta” tiene una fuerte carga simbólica y, con un poco de esfuerzo, se la puede utilizar para realizar lecturas ideológicas y adoctrinar así a las masas. Lo cual no quita que para muchos lectores de este país “El Eternauta” sea una buena historieta de aventuras y ciencia ficción y nada más. Ahí está la diferencia entre quien lee un comic intentando encontrar sentidos más profundos y quien lee solamente para pasar un buen rato y olvidarse de los problemas cotidianos.

"German, el guionista", frente a la casa de Juan Salvo

El padre de la criatura, Héctor German Oesterheld (HGO), captó esto y decidió que “El Eternauta” debía servir para que el lector encontrara un sentido profundo. Decidió dar un mensaje concreto en pos de una ideología política, y así fue como su criatura predilecta se transformó en instrumento de propaganda, despojado de toda inocencia o ambigüedad original. Esto sucedió en el año 1976, el año en que se publicó “El Eternauta II”.

La familia Salvo: Elena, Juan y Martita.

Para entender cómo la historia de Juan Salvo venía a dar un giro tan dramático con esta segunda parte hay que recapitular un poco. Recordemos que Salvo era un hombre de clase media de Buenos Aires (Arg) que una noche de 1957 veía abatirse una invasión extraterrestre. Enrolado en las milicias de defensa junto con sus amigos sobrevivientes, lucha bravamente contra las distintas razas que componen las fuerzas invasoras, solo para descubrir que todas ellas en realidad son simples peones de algo o alguien: “Ellos”, a quienes no se presenta nunca y que son los verdaderos jefes de la invasión. Salvo termina cayendo en otra dimensión espaciotemporal, y se convierte así en un viajero de la Eternidad (el “Eternauta”), un pobre hombre que viaja por el espacio y el tiempo buscando a su esposa Elena y su hija Martita. Toda esta historia Salvo se la narra a un guionista de historietas, alter ego de Oesterheld, una noche de 1959. Hasta aquí “El Eternauta” original.

El éxito comercial de este comic llevó a Oesterheld a fundar su propia editorial, la cual quebró cuando concluyeron las aventuras ilustradas de Salvo. Pese a eso, HGO Siguió explotando a su criatura, primero con una versión novelada y luego con una remake de la historieta original, esta vez ilustrada por Alberto Breccia. Ambos proyectos no lograron la aceptación del original. Paralelamente, la agitación política argentina de esos años movió a HGO a adherir a los movimientos armados que se inspiraban (entre otros) en el Che Guevara y que proponían la guerra de guerrillas como método válido de acceder al poder. Ya hemos hablado de la película “Che” en este blog, y podemos también recomendar “No habrá más penas ni olvido” (también comentada en este blog) para acercarnos al contexto de aquellos “años locos”.

El caso es que, durante la década del sesenta y del setenta diversos grupos armados llevaron a cabo atentados y acciones guerrilleras contra objetivos del gobierno argentino y de la sociedad civil: ataques a cuarteles militares y estaciones de policía, secuestro y asesinato de empresarios, sindicalistas y políticos acusados de “vendepatrias”, etc, etc. El gobierno respondió incrementando las acciones represivas legales y también las ilegales: en este contexto grupos parapoliciales y luego de las fuerzas del orden llevaron a cabo secuestros, detenciones ilegales, torturas y asesinatos, a los que camuflaban de “enfrentamientos”. Convencidos que el gobierno democrático no podía manejar la situación, los militares argentinos tomaron el poder en marzo de 1976, incrementando la represión contra la guerrilla hasta la derrota total de esta. Y en el proceso se dispararon las violaciones a los derechos humanos.

Esta tragedia entre argentinos golpeó a la familia Oesterheld. Las hijas de HGO, enroladas en los grupos armados extremistas, fueron secuestradas y “desaparecidas”, y el propio Oesterheld pasó a la clandestinidad. En esa condición escribió el guión de “El Eternauta II”, al cual Solano López le puso dibujos. El tinte ideológico que HGO le daba a la historieta lo alejaba radicalmente de la concepción original, y Solano López sospechó que fuera otro y no HGO quien hacía los guiones desde la clandestinidad.

En “El Eternauta” el tiempo es una variable que se modifica de golpe: en la Primera Parte Juan Salvo se aparece a “el guionista” en 1957… y al final del comic ya están en 1959 a pesar de que sólo ha pasado un día y una noche. Cuando comienza la Segunda Parte el tiempo salta de nuevo a 1976, y de ahí saltará de nuevo a otro tiempo sin fecha, y así sucesivamente. Si las películas yankis de la saga “Volver al Futuro” a veces retorcían el concepto de “tiempo”, en los guiones de HGO se lo retuerce mucho más.

"German", atrapado en los enriedos temporales de su propia historia.

En la Parte Uno Salvo relataba sus aventuras a “el guionista”, quien no tenía nombre pero que todos identificamos con HGO. En esta Parte Dos “el guionista” ya asume plenamente la identidad de HGO y se presenta como “Germán”. En un fragmento delicioso, Gérman teme quedar preso de la locura que supone el enriedo con el tiempo, ya que Salvo no recuerda nada de lo que ha vivido; entonces German cuenta que publicó las aventuras de Salvo en forma de historieta y que las llamó “El Eternauta”. Es un juego muy inteligente donde se confunden las ficciones y las realidades, porque German siente que está frente a un personaje de comic hecho carne y hueso.

El argumento parte de ahí, de ese enriedo de no saber exactamente quién, qué ni cuándo. De pronto Juan Salvo, su familia y German aparecen en otra línea temporal, donde Buenos Aires ha sido destruida y donde muchos sobrevivientes viven en cuevas, apenas cubiertos con taparrabos y utilizando lanzas como armas. Estos sobrevivientes, pomposamente bautizados como “El Pueblo de las Cuevas” (poca imaginación ahí) son extorsionados por los “Manos” para que los ayuden a construir una nave espacial que les permita abandonar el planeta. Aunque hay extorsión, el pacto no deja de tener sus beneficios, ya que el Pueblo de las Cuevas quedará libre, pero entonces Salvo se opone y propone comenzar la lucha armada contra los invasores que en realidad quieren irse. Los “Ellos”, sus lugartenientes los “Manos” y sus primitivas tropas se guarecen en un Fuerte que Salvo planea conquistar, y así se lleva a cabo la lucha del Pueblo de las Cuevas, liderado por Salvo, contra los invasores parapetados en el Fuerte. Este es el argumento con el que simbólicamente HGO quiso ensalzar la lucha de los guerrilleros de la facción “Montoneros” contra el gobierno argentino. He ahí, sencillamente, la propaganda ideológica hecha comic.

"El Pueblo de las Cuevas" al ataque: así también se aproximaban a su objetivo los guerrilleros "Montoneros" en quienes se inspiró Oesterheld.

Quienes han leído “El Eternauta” original no podrán dejar de percibir los cambios que HGO hizo para adecuar a su criatura dentro de los moldes requeridos por la propaganda. Si en la Parte Uno Juan Salvo era un hombre de clase media preocupado antes que nada por su esposa y su hija, ahora su obsesión es tomar el Fuerte; si antes Salvo se preocupaba por los milicianos que luchaban a su lado contra los invasores, ahora no vacila en sacrificar vidas en pos de sus planes; si antes había un “héroe grupal”, como dijimos al comentar la Parte Uno, ahora eso desaparece de un plumazo, pues Salvo se transforma en un ser raro, con poderes paranormales que le hacen ver y saber cosas que nadie más comprende. Este quizás sea el golpe más duro que Oesterheld le encaja su propia criatura. Del “héroe colectivo” pasa al verticalismo mas duro sin un pestañeo.

No hay mucho más para decir sobre el tema. No contaremos el final del comic, pero tiene algo de acartonado que lo acerca, paradójicamente, a las narraciones de acción típicas de Hollywood, en las que cuando todo parece perdido aparece la caballería y da vuelta la situación. Los sueños que HGO pone en boca del Pueblo de las Cuevas también son cursis, como decir “vamos a vivir en una casa, como la que vi en un libro”, o “la primera casa que hagamos será la escuela, lo suficientemente grande para que sea también colegio y universidad”. Son reflejos de ese discurso plagado de lugares comunes que proponen siempre las ideologías demagógicas y que ahora han cobrado vigencia nuevamente en Argentina. Creo que en esta Parte Dos, pese a todo el dramatismo que se despliega, falta la madurez que se veía en la Parte Uno. Pero comprometerse con ciertas ideologías acarrea eso: perder de vista los detalles y adoptar los trazos gruesos, que simplifican el retrato.

En el relato hay una transformación del personaje German, que quizás quiera reflejar la trasformación ideológica de Oesterheld. Si en la Parte Uno era Salvo en primera persona quien nos narraba todo, aquí es German quien lo hace. Se pinta a sí mismo como un ser solitario, nostálgico, y se toma el pelo. German está muy interesado en la opinión que de él pueda tener María, una adolescente del Pueblo de las Cuevas; no parece que sea un interés de hombre a mujer sino de padre a hija, y aquí recordamos que las hijas de HGO sufrieron en carne propia la violencia política de ese tiempo. En 1977 Oesterheld seguiría el mismo trágico destino, al ser secuestrado y “desaparecido”.

"German", alter ego de HGO, al comienzo y al final de esta segunda parte.

Este es “El Eternauta II, 1976”, que yo leí en una edición de 2007 (la primera, según dice) impresa por Doedyeditores, los mismos que publicaron el Eternauta original. Ellos se preocupan mucho de aclarar que es la “única edición legal autorizada por los autores”, así que vamos a anotar eso también. Solano Lopez vive aún, y los familiares deudos de HGO (su viuda) completan el colectivo que tiene los derechos de “El Eternauta”.

Interesante historieta para leer como parte de la saga de “El Eternauta” y para analizar en busca de huellas que den cuenta de la ideología del autor y su interpretación de la lucha armada de aquellos años. Los fanáticos del concepto de “héroe colectivo”, abstenerse.