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jueves, 27 de agosto de 2009

Una adolescente embarazada

“Juno” (2007)


Esta es una película reciente que toca un tema espinoso: el embarazo de las adolescentes y las opciones que se les presentan. Dicho de otra manera: “¿qué hacer con el bebé que crece en mi panza?”

El guión pertenece a Diablo Cody; ustedes pensarán tal vez que es un nombre exótico, pero en realidad se llama Brook Busey, y es una mujer que ha producido y actuado. No hay mucho más para decir de ella, salvo que ganó un premio Oscar por el guión de esta película.

La historia se centra en Juno, una chica de 16 años que descubre con frustración que ha quedado embarazada. Ese es el resultado de un encuentro sexual con su amigo Paulie Bleeker, a quien ella frecuenta. A partir de allí se abre el momento de las decisiones, y la gran pregunta que figura en el primer párrafo de este post. Se trata de una situación inesperada y no precisamente pasajera, que puede cambiar su vida para siempre.

En varias ocasiones Juno aparece "fumando" una pipa vacía.

En el rol de Juno está Ellen Page, que tenía 20 años al momento de estrenarse la película. Es una de esas actrices que aparentan mucho menos edad, y se la ve perfecta en su papel de adolescente. Ha participado en muchos filmes desde que tenía 10 años, y no se ha limitado a un solo género; de hecho tal vez su participación más popular y reconocible por el público sea el personaje “Kitty Pride” que interpretó en “X-Men 3”, estrenada un año antes que “Juno”.

Ellen Page interpreta a una adolescente despreocupada y sin complejos, que parece tomarse la vida en forma muy relajada y con mucho humor. Tiene sus intereses y aficiones, que iremos descubriendo a lo largo del filme, pero la línea general que marca su conducta es el desenfado. Una situación de embarazo como la que a ella le toca vivir daría pie a un dramatismo muy intenso, con lágrimas y alocuciones llenas de histrionismo. Pero Juno lo toma como viene y en ningún momento se queda parada esperando que del cielo (o del infierno) venga la solución.

La primera acción es consultarlo con “el padre”, Paulie Bleeker, interpretado por Michael Cera. Cuando vemos a Bleeker en pantalla podemos llegar a sentir lástima por Juno, ya que el muchacho no tiene precisamente el aspecto del chico decidido y valiente que se hará cargo de la situación, protegiendo a su compañera en el trance. Bleeker es flaquito, con cara de vacilación, le gusta correr y tiene como vicio comer Tic Tacs: es un adolescente que vive su edad y no se le puede pedir que asuma el peso de la carga que lleva Juno y de la que ambos son responsables. De hecho, otros personajes se asombran de que él haya sido capaz de embarazar a una chica. Juno queda sola y decide no involucrar a Paulie en el asunto, pero no lo culpa.

Juno y su amigo Paulie Bleeker: ¿el amor es más fuerte?

La siguiente opción es el aborto. Busca en los clasificados y encuentra lugares donde hacérselo. En EEUU (no en todos lados) el aborto está legalizado y es como ir a sacarse un lunar; una solución simple para quienes entienden que el embarazo es un problema y que se puede matar a un bebé inocente, haciéndolo responsable de errores ajenos. Juno acude a un centro de abortos legales pero descubre, por motivos no tan altruistas como los que podría parecer, que finalmente quiere tener al bebé. Entonces aparece la opción de darlo en adopción, y este es el tema central de la película, porque aquí Juno conoce a la pareja que adoptará el niño por nacer.

Aunque el filme se centra en Juno y su embarazado, también dan vueltas otros temas, como su relación con Paulie Bleeker, con su padre (el de ella), y con los futuros padres adoptivos, Vanessa (Jennifer Garner) y Mark (Jason Bateman). Sobre estos últimos personajes diremos que son una pareja bien posicionada, joven y sin problemas económicos, pero que no han podido tener un hijo. Colocan un aviso en los clasificados, ofreciéndose para adoptar, y Juno los elige. Vanessa es obsesivamente prolija y atenta, mientras que Mark es más relajado e informal, y por estas razones Juno entabla un vínculo afectivo con él. La joven y exitosa pareja espera ansiosa un bebé, pero mientras crece la panza de Juno aparecerán otros desafíos para superar.

Vanessa y Mark deben lidiar con Juno y su embarazo, pero también con otros dilemas.

El filme me gustó por su desenfado, principalmente encarnado por Juno. Pero Bleeker no se queda atrás y también hay buenos roles secundarios, como Leah (Olivia Thirlby) la mejor amiga de Juno; también es convincente J.K. Simmons en el papel del padre de Juno. Cabe acotar que Simmons ha actuado en muchas películas y series, entre ellas podemos nombrar “ER”, “Nip/tuck”, “Law & Order” y todas las de Spider-Man, donde interpretó al irascible J. Jonah Jameson. Y como Brenda, su segunda esposa en “Juno” tenemos a Allison Janney, también cumpliendo muy bien su rol.

Quiero dedicar un párrafo para hablar del título de la peli, que es simplemente “Juno”. Pero al menos aquí en Argentina la han distribuido también como “La joven vida de Juno”. Pero hay ejemplos peores: en Perú la llamaron “Embarazada por accidente” y en México se pasaron, bautizándola “Juno: crecer, correr y tropezar” (¡¡¡!!!). Horribles nombres alternativos, todos ellos. Me pregunto quiénes y por qué sienten la necesidad de no respetar el título original de tantas películas. Me vienen a la memoria ahora varios ejemplos: ya que hablamos de embarazos no deseados, hay una comedia titulada “Knocked Up” (algo así como “Que golpe” o algo por el estilo) y que rebautizaron “Ligeramente embarazada”. O recordemos esa buena comedia con Tom Hanks y Meg Ryan, que titularon “Sinfonía de amor” cuando en realidad se llamaba “Sleepless in Seattle” (el insomne en Seattle); o el drama bélico “Flags of our Fathers” (las banderas de nuestros padres) al que renombraron “La conquista del honor”. Es decir, nada que ver. A “Million Dollar Baby” la titularon también “Golpes del destino”, pero al final el título original se impuso, por suerte. Es ridículo cambiar el nombre original de un filme, ya que los realizadores de este lo han nombrado así por algo. El nombre es parte importante del filme, y debería hacerse una traducción literal toda vez que sea posible. Por suerte “Hulk” y “300” se salvaron del re-bautizo: podrían haberlos llamado “Furia color verde” y “Morir por Esparta”, o alguna pavada por el estilo.

Bueno, ya hice catarsis. Recomiendo a vosotros la película “Juno” por su original planteo de un tema que ciertamente no es fácil. Buenas actuaciones, bastante humor cínico, una cuota de dramatismo y algunos momentos en que se toman decisiones personales importantes. Es un combo para aprovechar.

viernes, 27 de febrero de 2009

Elogio del mejor amigo

“Marley and Me” (2008)



Originalmente había pensado comentar otra película en esta ocasión, pero sucede que fui al cine y quedé muy satisfecho con este filme que ahora nos ocupa.

Se trata de una historia sobre el perro y el ser humano. Normalmente no veo películas que tengan como protagonistas a animales, pues suele suceder que se orientan a comedias muy disparatadas (como perros que juegan al futbol, basquet, voley, etc) o historias lacrimógenas, y no me gusta que me hagan llorar. Con “Marley and Me” hice una excepción porque ese día quería ir al cine y ya no me coincidían los horarios para ver otra cosa.

Se trata de una historia verdadera o “basada en una historia real”, la de un columnista de un importante diario norteamericano, papel interpretado por Owen Wilson. Este sujeto (John Grogan) se casa con Jenny (Jennifer Aniston), que también es periodista. A partir de aquí la película nos irá mostrando las dos facetas a que deberá atender, como cualquier mortal, Gohn Grogan: familia y trabajo. Aunque en la vida real ya son maduritos (Wilson tiene 40 y Aniston 39), los protagonistas recién casados deciden dejar los hijos para más adelante, cuando logren estabilizar su nuevo hogar. Aquí es donde Grogan tiene la idea de comprar un cachorro a su esposa, para suplir la ausencia de niños en la casa. Y “Marley” entra en escena.


Sucede que este perro es hiperactivo. Ya desde cachorro se destaca y pone a prueba a sus dueños: incluso la vendedora lo deja en rebaja con tal de sacárselo de encima. De aquí en adelante veremos a “Marley” crecer en tamaño pero nunca en seriedad; crea problemas a cada paso, mordiendo, rompiendo cosas, jalando de la soga, atropellando a la gente. Grogan y su esposa, lejos de hacer como hacen muchos desalmados que abandonan animales en la autopista, hacen de tripas corazón y se arman de paciencia. “Marley” se integra así en la familia, y aunque nunca dejará de dar problemas, es un miembro más. Los amantes de las mascotas podrán entender cómo es que Grogan y Jenny incluyen a “Marley” de tal forma en sus vidas; es que para los “mascoteros” la compañía de un animal a veces es muy valiosa, y la mirada expresiva de este no necesita palabras para decir más.
Con el tiempo la familia se va a ir ampliando, con la llegada de los postergados hijos, pero “Marley” no pierde espacio sino todo lo contrario. La película es un ejemplo de cómo un animal puede llegar a ser miembro pleno de una familia, y aunque la película no abandona el tono de comedia, hacia el final será la emoción la gran protagonista.

Wilson y Aniston componen personajes creíbles. Él es ideal para la comedia y las situaciones disparatadas, mientras que ella, aunque también es comediante de calidad, en este caso pone en escena un personaje más centrado y calmo, incluso con dramatismo; y no es para menos, porque con la llegada de los hijos las cosas se complican y ella debe optar por su trabajo (al cual ama) o su hogar, lo que supone todo un sacrificio. Aniston no pierde esa belleza que nos viene ofreciendo desde “Friends” y que la llevó a ganarse el mote de “la novia de América”. De hecho, fue la segunda gran razón por la cual decidí ver esta película. Confieso que la inmortal “Rachel Green” de “Friends” me tiene cautivado.


La adopto, la llevo, le doy casa y comida, la saco a pasear, la malcrio, me gasto el sueldo, todo.

El resto del elenco cumple: los hijos de la pareja están bien, hay algunos vecinos que aparecen por ahí. No hay mucho por destacar, porque el perro, Wilson y Aniston son los grandes protagonistas. Eric Dane interpreta a Sebastian, amigo y compañero de trabajo de Grogan; de hecho, Grogan anhela ser reportero como Sebastian y no columnista, de modo que una sana envidia lo ataca cuando Sebastian cuenta los reportajes en que se embarca. El actor Eric Dane ha trabajado en varias películas, pero no recuerdo haberlo visto antes. Interpretando a Arnie Klein, el jefe y también confesor y amigo de Grogan, está Alan Arkin, un buen actor de reparto. Yo lo recuerdo en “Rendition” (2007) y en “Little Miss Sunshine” (2006) aunque tiene un montón de películas en su haber.

Quiero dedicar un párrafo a Kathleen Turner, quien supo encarnar personajes que desbordaban sensualidad y atracción, como en “Cuerpos Ardientes” (Body Heat, 1981) o “Dos bribones tras la esmeralda perdida” (Romancing the Stone, 1984, con Michael Douglas). En esa época estaba entrando a los treinta y su físico constituía un plus en la pantalla; pero una década después, en “Friends” encarnó a ¡un travesti moreno! que era el papa de Chandler. Y en esta película la Turner, con 55 años encima, hace el papel de una vieja decadente que entrena perros: como dice el tango “doy vuelta la cara y me pongo a llorar”.



Marley and Me” es una buena película para pasar el rato y para aprender que se puede convivir con una mascota problemática. Al mismo tiempo se pueden contemplar las dificultades propias de un hogar donde el tiempo, el trabajo y los niños (amén del perro) requieren paciencia y sacrificios; la pareja de John y Jenny es una pareja ideal, se aman, se apoyan, y edifican un hogar sobre sólidos pilares. Parece demasiado bueno para ser verdad, pero hay parejas así.

miércoles, 14 de enero de 2009

Despertar adolescente en el franquismo

“El año de las luces” (1986)


Esta es una de esas películas españolas que llegaron a Argentina en mi niñez tardía y preadolescencia. La vi por televisión y vagamente recordaba algunas escenas, mezcladas con otras de filmes diferentes. Ahora que Internet se multiplica, inundando cada vez más regiones del globo, incluyendo el muy nuestro Tercer Mundo, uno puede bucear en pos de sus recuerdos y traerlos de nuevo ante los ojos. En este caso ansiaba ver esta película con mirada de adulto para poder captar simbolismos e información que por la que edad que tenía en aquel entonces se me escaparon. Y entonces, he aquí “El año de las luces”.

En este filme se combinan grandes temas del cine español: el erotismo, la Guerra Civil y la infaltable galería de personajes típicos. El responsable de esta mezcla es Fernando Trueba, un director que tiene en su haber algunos de los más resonantes títulos del cine español. En esta ocasión decidió poner su talento en la mesa para filmar la historia de…su suegro. Pero vamos por partes. Trueba, siendo joven, había conocido a un “tío” (como dicen en la Península) ya entrado en años, un tal Manolo; este Manolo le contó historias de su juventud y Trueba quedó prendado del relato. Años después Trueba hizo carrera en el cine y consiguió arrancarle a Don Manolo una hija en casamiento, pasando a ser de la familia; y llegó la oportunidad de contar la historia en forma de película. Y para rubricar toda este génesis, la película inicia con una sencilla dedicatoria: “A Manolo”.

En la pantalla, Manolo (encarnado por Jorge Sanz) es hijo de un soldado caído en combate durante la Guerra Civil; entonces un tío, enrolado en las triunfantes tropas del bando Nacional, lo envía a él y su hermanito Jesús a un internado en el campo, en la frontera con Portugal. Aunque se trata de un hogar para niños, y Manolo tiene 16, no hay otra cosa. Allí van desfilando los personajes: la encargada del hogar, un férrea y sensual mujer que incluso ha combatido en las filas de los Nacionales; la clásica maestra avejentada y tradicionalista; el cura bonachón y de pocas luces; el viejito adorable que se vuelve “maestro de la vida” del joven Manolo; las cimbreantes empleadas del hogar, entre las cuales no falta una que sea picarona y de corto ingenio . Como es previsible, Manolo ira descubriendo a estos personajes a través de su rebeldía juvenil: con doña Tránsito (la maestra tradicionalista) va a chocar; Don Emilio será su escape al mundo de la fantasía, porque el viejito le habla de su caudillo Durruti (¿el Che Guevara de los progres españoles?) y le presta libros; con las empleadas se entabla la comunicación erotizada, a medida que Manolo va dando rienda suelta a sus ganas de probar la carne femenina. Finalmente, aparece la chica de la historia (Maribel Verdú), de la cual Manolo se enamora.

Me parecieron personajes muy típicos y que se vieron o verían en otros filmes: Manolo Alexandre, que compone a Don Emilio, casi repite su papel en otra película que se llamó “Así en el cielo como en la tierra”. En este filme también estuvo presente Chus Lampreave, la “Doña Tránsito” de “El Año de las Luces”, y también hay gran similitud entre los personajes de ambas películas. Jorge Sanz, el actor que interpreta a Manolo, no logra hacer un papel diferente en “Belle Epoque”. La sensación que me quedó es que Trueba no quiso contar una historia diferente u original sino una historia con los lugares comunes del cine y la cultura española.

Lo que se destaca es la grandiosidad de los escenarios naturales en que fue filmada, puro campo. Eso es bueno cuando uno ya está harto de ver películas urbanas como las que hacen mis compatriotas de Buenos Aires, donde toda la acción eternamente transcurre en esa amada y detestada ciudad argentina. Los escenarios naturales ayudan a sentir un viaje hacia lo profundo de España, no solo en la geografía sino en lo simbólico. Trueba define a la atmosfera como asfixiante “que pesa como una loza”; es lógico que piense así ya que él no comulga con el franquismo que triunfó en la Guerra Civil. Pero a mi no me transmitió esa imagen, no vi lo asfixiante por ningún lado: la historia del amor frustrado por los agentes externos es universal. Y si pretendía que la gente sintiera asfixia, le faltaron pinceladas, porque el filme es hasta pintoresco.
El año de las luces es 1940. La Guerra Civil que asoló España se extendió desde 1936 a 1939, de modo que 1940 es el año de la posguerra. Trueba se empeña en condenar a esa época, tildándola de oscura. Pero es “el año de las luces” porque el protagonista comienza a descubrir muchas cosas. Hay mucho discurso ideológico y me hace pensar, porque la mayoría de las películas españolas que he visto que tratan el tema de la Guerra Civil lo hacen desde la óptica de los vencidos, el bando Republicano. ¿No queda nadie que cuente la guerra desde el punto de vista de los Nacionales? Más allá de que uno comulgue o no con ciertas ideologías, creo que todas deben tener su oportunidad de difundirse. Luego uno elige esta o aquella.

Da gusto verla a Maribel Verdú tan jovencita (tenía 15 años cuando se rodó la película). A partir de aquí se abrió camino en el mundo cinematográfico, conjugando su talento con su belleza, porque es sabido que en muchísimas películas de la Madre Patria las actrices tienen que ponerse en cueros: conocemos el cuerpo desnudo de Maribel, de Penélope Cruz, de Victoria Abril, de Paz Vega, etcétera, etcétera. Por suerte no he visto ninguna película con desnudo de Carmen Maura ¡Qué horror!

El año de las luces”, una linda pintura de época, con lindos paisajes y una historia querible. Hay escenas cachondas, como la del colectivo al inicio, hay picardías, y también amor puro. Personajes típicos españoles y mucho humor. Un provechoso encuentro con el cine de la Madre Patria España.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Realmente el amor nos rodea

“Love Actually” (2003)

Esta es una película ideal para el período navideño. Tendría que haber publicado esta nota antes, pero bueno, se hace lo que se puede. De todos modos, aunque Navidad ya pasó todavía estamos en clima de fiestas, así que podemos aprovechar.

Se trata de una película que reúne como pocas a grandes figuras de la pantalla grande nacidas en el centenario suelo británico, y también yankis y otros. Para hacer un conteo rápido tenemos a: Colin Firth (el “Mark Darcy” de Bridget Jones), Hugh Grant (también presente en “Bridget Jones”), Keira Knigthley (“Piratas del Caribe”), Liam Neeson (el fugaz Qui-Gon Jinn de Star Wars episodio 1), Alan Rickman (recordado por su fantástico jefe de villanos en “Duro de Matar” 1) ¡hasta Mister Bean tiene unos minutos de película para él solo! Entre quienes componen personajes secundarios tenemos a Claudia Schiffer (modelo y fatal rubia ícono de la década pasada), Shannon Elizabeth (Nadia, la estudiante de intercambio que pone caliente al protagonista de “American Pie”) y Laura Linney (la rubia de la película “Congo” de 1995).

Se trata de una película sobre el amor en general: amor de pareja principalmente, pero también amor de padres a hijos y amistad. En la época navideña suelen acentuarse las muestras de afecto, y este filme aprovecha eso al máximo. Comienza con una escena que muestra distintos encuentros entre seres queridos en el aeropuerto de Londres, para ambientar a manera de presentación. Luego se van presentado las distintas historias que se tejen en un período que comienza 5 semanas antes de Navidad, y que tendrán su clímax en ese día en que el Niño Dios nace para salvar a la humanidad (me pareció necesario recordar esto último, pues a veces se olvida).

Todos los personajes son queribles y creíbles: hay un escritor frustrado que descubre que su ingrata mujer lo engaña ni más ni menos que con su hermano (todo queda en familia): papel reservado a Colin Firth. Por otro lado Hugh Grant interpreta a un recién electo primer ministro de Inglaterra, el cual es soltero (toda una novedad) y debe lidiar con eso además de su inexperiencia en el cargo, por no mencionar la espina que representa para su país la alianza con EEUU (recordemos que la peli es de fines de 2003, el año fatal en que norteamericanos e ingleses se lanzaron a invadir Irak). También hay dos amigos muy unidos excepto porque uno de ellos se casa con Juliet (la bella aunque en exceso delgada Keyra Knigthley) y el otro respeta la decisión pero se mantiene distante de la novia.

La galería de personajes es variada: un inglés que se siente frustrado con las mujeres inglesas y decide irse a EEUU, convencido de que allí se convertirá en un seductor imparable; un padrastro viudo (Liam Neeson) que debe conocer y hacerse amigo del hijo de su difunta pareja; un matrimonio que aparece estancado en la rutina, cosa que se ve agravada porque el marido sufre la tentación que le propone una empleada; una mujer que ama en secreto a su compañero de trabajo desde hace años; una chico y una chica muy tímidos que sin embargo hacen una película porno y se conocen cada vez más haciendo las escenas íntimas; un rockero viejo que busca volver al ruedo con una canción navideña… A lo largo de la película vemos que los personajes se entrecruzan, pues hay relaciones de parentesco o amistad entre ellos, aunque las historias transcurren separadamente, pero muy bien intercaladas.


Es una película simpática, que proyecta un final feliz, pero no un final rosado como las películas norteamericanas donde todos obtienen lo que quieren. Las distintas historias se resuelven en Navidad, pero algunas de ellas tienen un final agridulce, de resignación, que no son un final ideal pero tal vez el único posible. En todo caso, es el amor el que impulsa aceptar que las cosas sean como son. Distintas clases de amor.

El filme fue escrito y dirigido por Richard Curtis, un neocelandés que tiene en su haber varias obras pero que debutó como director en esta oportunidad: escribió “4 bodas y un funeral” y “Notting Hill”. Además trabajó en las dos películas de “Bridget Jones” y en las peliculas de Mister Bean. Por lo tanto, trabajó con varios de los principales actores de la película, lo cual seguramente facilitó su trabajo. Además, es un tipo que sabe hacer comedias, como lo demuestra su curriculum.

Recomiendo esta película por su clima navideño típicamente anglosajón: se ve nieve la mayoría de las veces, y también gente haciendo sus compras, cosa que la gente se larga a hacer con desenfreno para la Navidad. Pero más allá de esto, que es lo visible, flota en el aire la sensación de que es una película sobre un período que tiene algo de mágico, por lo que provoca en la gente y sus sentimientos. Se toman decisiones, se afrontan riesgos, se cruzan distancias físicas y espirituales.

De todas las historias entrelazadas que hay no sabría decir cuál es la principal, y no tengo una favorita. Me llamó la atención el personaje de Hugh Grant, por la forma en que el Primer Ministro de Inglaterra debe enfrentar la presión de lidiar con el presidente de EEUU que lo trata como un aliado menor. Hay aquí una furiosa y sorda protesta contra el gobierno inglés, que en ese tiempo se dejaba relegar a un plano subordinado, al tiempo que Bush prácticamente disponía de los recursos ingleses como quería, enredando a los británicos en el feo asunto de Irak. Precisamente Grant pretende cambiar esa subordinación pero no se anima, hasta que por asuntos amorosos deba dar vuelta sus cartas.

Por otro lado, la historia de Jamie (Colin Firth), el escritor engañado que se va a Francia a escribir y olvidarse de su novia, también me gusta. Se instala en una pintoresca casita de campo y tiene una bella mucama portuguesa con la cual se entiende a las señas por las dificultades del idioma. Obviamente, surgirá el amor, eso no es sorpresa: la sorpresa está en el cómo. Y la historia de Peter y Mark, los dos amigos entre los cuales se interpone Juliet (Keyra K.) también está buena: hace pensar en lo difícil de esas relaciones en que aparece una chica y se pone entre vos (tú) y tu amigo, aunque no sea su intención. La historia también parece obvia, pero hay más: vean la película.

Linda película para ver con la persona que amas, o con amigos para pasar el rato. Aconsejo no verla en familia si hay niños, por algunas frases de doble sentido pero más que nada por las escenas donde John/Jack y Judy ruedan las escenas de la película erótica. No es que se vean desnudos y penetraciones, nada de eso, pero se me ocurre que sería incomodo que los niños empezaran a preguntar “¿qué está haciendo? ¿por qué hace eso?”. Aunque los niños de hoy están muy al tanto de estos temas, los padres todavía tratan de no exponerse a dar explicaciones. Igualmente sería embarazoso ver la película con alguien de mentalidad conservadora, por estas escenas; pero si en su familia son todos unos liberados progresistas, adelante con la proyección familiar.

Fue la película más alquilada en Inglaterra en 2004, todo un furor, y aunque pasaron los años siempre se puede aprovechar. En especial en estas Fiestas. Felicidades para ustedes y que en 2009 el amor nos rodee, como canta uno de los protagonistas al principio del filme.

viernes, 10 de octubre de 2008

La mujer y su satélite

“Un novio para mi mujer” (2008)



Esta es una película todavía en cartel al momento de escribir estas líneas, a diferencia de las que hemos comentado aquí hasta ahora.
Esta comedia romántica tiene muchos elementos a favor, aunque varios críticos de cine más expertos que yo le han señalado errores gruesos. De todos modos, creo que cumple con la función de entretener y contar una historia sin abusar de los clichés. Si usted busca ese cine argentino plagado de simbolismos y mensajes sociales ocultos en la trama (se me vienen a la memoria varios títulos de los 80, apenas recuperada la democracia), este no es el filme donde va a encontrarlo. Aquí estamos en presencia de una película con una narración simple, apuntada a un público amplio, y después de todo ¿por qué no? Si todo fuera cine simbólico esto sería muy aburrido: caviar todos los días cansa, y el gusto está en la variedad.

Adrian Suar es un hombre que ha recorrido un largo camino desde que interpretó a ese personaje querible (“Adrián”, justamente) en “La banda del Golden Rocket”. Metido en los negocios, convertido en empresario, cada tanto se da un tiempito para hacer de actor en alguna película. Aquí encarna a “El Tenso”, un tipo de barrio, que tiene un negocio (creo que una ferretería) y amigos cuarentones como él con los que se junta a jugar al futbol 5. Es un tipo apocado, y aquí viene el problema, cuando conocemos a su mujer: “La Tana”.

Resulta que “El Tenso” y “La Tana” se están por divorciar, y con ese cuadro arranca la película, que va intercalando escenas de la vida conyugal de ambos, con los momentos pasados en la terapia de pareja, cuando ya todo se lo ha llevado el diablo. En esos saltos se nos revela la trama que llevó a ambos a esa situación. Es que “La Tana” es una mujer insoportable: critica todo, está de constante malhumor, y obliga a su marido a oír todo el tiempo las razones por las cuales ella detesta al mundo y a la vida. Pero si “El Tenso” debe sufrirla, la platea goza con la catarata de blasfemias de esta mujer. Atrapada en una abulia constante, “La Tana” escapa de la depresión a través del mal humor, y Valeria Bertuccelli, la actriz que le da vida, consigue un personaje creíble y desbordante que atrapa al público. Creo que es ella la verdadera estrella del filme, haciendo que Suar sea un satélite que gira a su alrededor, lo mismo que la película entera.



El caso es que “El Tenso”, por su apocamiento, no consigue el valor para plantarse ante su esposa y pedirle el divorcio, de manera que concibe una idea singular: hacer que ella de ese paso. Con ese fin contrata a un misterioso personaje que debe enamorarla y llevarla a la infidelidad, hasta el punto de que ella desee abandonar a su marido. Ese personaje lo interpreta “el Puma” Gabriel Goity, en una interpretación tal vez muy breve para su estatura actoral.

La película resultará agradable para muchos de ustedes, por la simpleza de los personajes (inclusive las actuaciones secundarias) y por lugares o escenarios cotidianos con los cuales uno puede identificarse. El personaje de Bertuccelli se roba el filme, en lo agrio de su carácter y en los momentos de dulzura que el personaje inspira.

Para pasar un buen rato, y tal vez hacer un combo de películas de Suar, con este título y “Apariencias” (junto a Andrea del Boca).

jueves, 25 de septiembre de 2008

Las rubias tontas también tienen corazón

“Legalmente rubia” (2001)


No sé cómo será en otros países, pero aquí en Argentina solemos definir a las modelos como “huecas”, es decir, sin mucha materia gris. Y eso se hace extensivo a las “conchetas”, a las pibas superficiales que se preocupan mucho de la apariencia, de verse bien. Y mientras más bonitas se vean, más pensamos que son huecas, primera impresión que solemos mantener a pesar que evidencias posteriores contradigan esa afirmación inicial. Entre todas ellas las rubias son íconos: “rubia tarada”, cantaba Luca Prodan en Sumo, décadas atrás. La canción reprochaba no sólo que fuera “tarada”, sino que además de eso, fuera “rubia”. Doble falta.
Por eso cuando vi esta película, pensé en la rubia tarada de Luca Prodan. La chica de apellido difícil (Reese Witherspoon) pone el cuerpo al personaje de Elle Woods, una típica rubia de preparatoria preocupada por todo lo que signifique las apariencias. Ella decide inscribirse en Harvard para así recuperar a su novio que estudia allí, el cual la ha dejado porque no está a su altura (él es de una aristocrática familia dedicada a las leyes).
Elle logra ser admitida gracias a un video en traje de baño que dejó muy impresionados a los ancianos dirigentes de Harvard. A partir de allí, Elle lucha en un ambiente que la considera una “rubia tarada”, incapaz de usar su sesera en algo productivo.
La película cuenta las desventuras de Elle en tono de comedia, confrontando a los espectadores con las actitudes “huecas” de la heroína; en más de una situación el público puede sentir la tentación de murmurar “que rubia tan tonta”, y en cierto modo a veces parece que no queda remedio.
Pero Elle tiene buen corazón. Hace todo eso por amor, y generalmente se resiste a devolver mal con mal. Es rubia y es tonta, pero no es mala. A su manera es una buena persona de buenas intenciones, y eso es lo que rescato como mensaje de la película.
Acompañan a la rubia tonta, Luke Wilson, que interpreta a Emmet, un potencial nuevo candidato para Elle. El sujeto es ideal para este tipo de papeles, por la cara que tiene; y si no, comparemos sus papeles en “Home Fries” (“Todo queda en casa”, 1998) “Los Ángeles de Charly” “Mi súper ex novia” (2006); moviéndose entre el protagonismo y el segundo plano, generalmente supeditado a un personaje femenino central.
También está Selma Blair, en el rol de Vivian, la nueva novia del ex novio de Elle, y por tanto, la anti-heroína; pero en la vida real es muy amiga de Witherspoon. Blair se lució después de esta película en otros títulos como “La cosa más dulce” (The Sweetest Thing, 2002) y “Cosa de hombres” (en España “Cosa de tíos”) (A Guy Thing, 2003), en papeles de frigidez que ella sabe explotar muy bien. Hasta participó en “Friends”, donde encaraba a Chandler en Tulsa, durante la Navidad.
También destaca Jennifer Coolidge en el rol de Paulette, una cuarentona venida a menos y enamorada platónicamente del cartero. Seguramente muchos la recordarán por su ya legendario papel de “Stifler's Mom” en “Américan Pie” (1999). Bueno, Paulette es todo lo contrario de “Stifler's Mom”.
Completan el reparto, Matthew Davis como Warner (el novio que Elle quiere reconquistar); Victor Garber como el Profesor Callahan (abogado que también da clases y para el cual Elle trabaja); Ali Larter como Brooke Taylor Windham (una rubia bomba acusada de asesinato que Elle deberá defender); y Jessica Cauffiel y Alanna Ubach, en los roles de Margot y Serena, las amigas de Elle y de igual tontudez que ella.
Para divertirse un rato, pues se trata de una película pochoclera. A no perderse la escena de Reese en bikini porque es breve, pero seguro la disfrutareis tanto como los directivos de Harvard, que así permitieron que Elle entrara en sus vidas. El final es el que puede esperarse en este tipo de películas y en el cine norteamericano en general, pero ojo que mientras tanto, el mensaje subliminal está corriendo: “las rubias tontas también tienen corazón".

El jamón del sanguche

 Memorias de una adolescente Querido Diario: Mañana cumplo 15 años y ya recibí este diario. Empecé como ocho diarios íntimos en mi vida; a t...