domingo, 1 de noviembre de 2009

Personas en su habitat natural

“Historias de Diván” (2007)



Este libro se lo compré a un vendedor en silla de ruedas, de una feria de artesanos y laburantes que ofrecían sus mercancías en calle Obispo Trejo, frente a la Iglesia de la Compañía, en la ciudad de Córdoba. Esos vendedores no están más ahí, y no se dónde los habrá puesto el reordenamiento municipal.

Cuento esto porque para los ratones de biblioteca como yo a veces es muy importante la forma como nos encontramos con el texto. No es cuestión de comprar un libro solamente. A veces uno se enamora de un libro viejito, o con anotaciones al margen, si es usado; o por el olor a nuevo que desprende si es nuevo. Porque el libro pasa de mano en mano y uno se siente parte de una cadena humana unida por esas páginas. En este caso ese vendedor despertó mi simpatía: me gustó que vendiera libros, me gustó como los tenía acomodados, cómo los ofrecía. No era el chamuyo del vendedor solamente, es que conocía a esos libros. Quien conoce, recomienda de una forma distinta que el simple vendedor. Tal vez habría que ver “Tienes un e-mail” y prestar atención al personaje de Meg Ryan para entender esto un poco mejor.

Fue esta relación con el vendedor y su estantería improvisada lo que me decidió a comprar el libro. No soy muy amigo de los textos de autoayuda, meditación o psicología, lo confieso. “Historias de diván” es un libro sobre el psicoanálisis, precisamente.

El ejemplar que tengo en mis manos es de la segunda edición (junio 2007) impreso por Editorial Planeta. El autor, muy conocido aquí en Argentina (al menos en los grandes centros urbanos) es Gabriel Rolón. Este hombre, según cuenta en su propio libro, nació en la ciudad de Buenos Aires en 1961 y se graduó en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Además de su labor como profesional, ha hecho una carrera en el ámbito mediático, participando como columnista en programas radiales y televisivos. Una gran urbe como Buenos Aires da para que la gente se sienta necesitada de ayuda psicológica, y da para que esa misma gente quiera ver en la tele a otros hacerse el psicoanálisis. Rolón ha tenido un programa de TV donde juega a psicoanalizar a famosos. Pero me parece que el salto cualitativo de Rolón estuvo en participar del programa radial “La venganza será terrible” del afamado Alejandro Dolina (a quien yo admiro). Allí Rolón se despegaba un tanto del rol de psicoanalista y pasaba a ser un cómico que sintonizaba muy bien con Dolina.



Pero vayamos al libro en sí. Como el título muy bien lo adelanta, el libro trata sobre casos reales que al autor le tocó trabajar en su consultorio, o despacho, o como le quieran llamar. Rolón aclara que en todos los casos pidió a los implicados la autorización para publicar sus historias. Pero en su extenso prólogo Rolón aclara que, al fin y al cabo, ha retocado el texto. Él lo dice así:

Sus protagonistas (se refiere a los pacientes) no son el fruto de un capricho literario, sino que los he visto desgarrarse, reír, llorar, frustrarse y enojarse en mi consultorio semana tras semana. He debido, eso sí, novelar en parte algunas de las situaciones para transmitir mejor, de un modo ordenado y en pocas páginas aquello que ha sido resultado de meses, cuando no de años, de un intenso trabajo”. Y luego dice “Este libro contiene fragmentos de diferentes casos clínicos que me ha tocado dirigir (…) en todos los casos se han cambiado los nombres, las edades y las situaciones personales. Todo ha sido cuidadosamente modificado para resguardar la identidad y la privacidad de los pacientes

Tras leer este prólogo uno piensa entonces cuánto de las historias que va a leer son estrictamente reales, y cuánto es parte de las habilidades literarias que el autor puede desplegar en el terreno de la ficción. Hay aquí una tensión en pos de hacer un texto que hable sobre el trabajo psicoanalítico sobre casos reales, y al mismo tiempo lograr que ese texto sea ameno, entretenido e interesante. Yo he tenido que leer en la universidad textos sobre psicología, y para quien no persigue el objetivo de conocer este ámbito de las ciencias, estas lecturas pueden ser aburridas. ¿Cómo hacer que el público en general elija leer un texto sobre psicoanálisis? Rolón elige esta manera, y es su derecho.

En el prólogo (insisto en que me parece demasiado extenso), el autor explica que este libro no es exclusivo para psicólogos sino “para toda persona sensible al dolor humano”. Creo que también lo encontrarán ameno aquellos que gustan de espiar vidas ajenas, de saber qué le pasó a ese otro. En el índice el lector puede elegir entre ocho historias, cada una de las cuales tiene el nombre de su protagonista (Laura, Mariano, Amalia, Cecilia, Majo, Darío, Natalia y Antonio). Cada historia es un capítulo y allí en el índice mismo podemos leer los grandes temas del psicoanálisis: historias que en el pasado quedaron irresueltas y que en la adultez le saltan a la cara a la persona. Hay historias de celos, de abandono, de homosexualidad reprimida, de dobles identidades.

El libro logra ser ameno. A veces las habilidades del autor para soldar las partes reales y las ficcionales de cada historia dejan algunas lagunas. Pero en general esas historias tienen una fuerza propia muy grande que les permite ponerse el libro al hombro y salir adelante, como decimos en Argentina. Me llamó la atención el capítulo “la historia de Antonio” en el que el autor atiende un caso (un sacerdote) y al mismo tiempo se coloca como paciente de otro profesional, el cual lo aconseja como llevar adelante el caso. Yo pensaba que la ética profesional impedía comentar con otras personas lo que el paciente compartía en la sesión, pero parece que no es así. El caso de Antonio es el de un sacerdote que acude a psicoanalizarse, y me llama la atención que el autor piense que si los otros curas se enteran se puede armar lío para el pobre cura. Aquí en la arquidiócesis de Córdoba la psicología es parte de las herramientas de discernimiento vocacional y no es ninguna herejía, como parece sugerirlo Rolón. Tambien me gustó “la historia de Mariana”: “Entre el amor y el deseo, la indecisión”.

Un libro interesante, fácil de leer y en ciertos momentos atrapante. Bueno para estudiantes de psicología que quieren asomarse a la realidad de trabajar con pacientes en el psicoanálisis, y bueno para quienes quieran contemplar cómo otras personas llevan sus vidas y enfrentar sus problemas y sus miedos. Como quien dice, personas que son interesantes en tanto personas. Nada más y nada menos.

1 comentario:

Gonzalo Kenny dijo...

Hola,
Quería invitarte a que conozcas el proyecto que estamos desarrollando con Liliana Bodoc para crear todo el universo visual de La Saga de los Confines, y que se llama “El Arte de Los Confines”…
Yo soy ilustrador, así que con el aporte de Liliana, trataremos de ir dándole forma a los distintos elementos de la Saga, y así dibujar todos los personajes, animales, ciudades y paisajes de Los Confines.
Además, Liliana ha ido subiendo textos y capítulos inéditos que quedaron fuera de la trilogía, junto con textos complementarios y datos extra.

Si te interesa conocer un poquito más del proyecto, ver las imágenes hechas hasta hoy; y por supuesto dejarnos tu opinión al respecto y sumarte a esta pequeña aldea husihuilke, te invitamos a visitarnos en
http://elartedelosconfines.blogspot.com

Gracias por pasar!
Cálidos saludos!

Gonzalo Kenny