viernes, 3 de octubre de 2008

Crónica de una historia al revés

"El conquistador" (2006)
¿Y que hubiera pasado si…?
Muchas preguntas suelen comenzar con este planteo hipotético. Esto suele servir como método para pintar situaciones imaginarias que sin embargo tienen un anclaje en la realidad; se trata de partir de una historia conocida para llegar a una historia posible.
Tal vez este sea el caso de este libro, al cual varios críticos literarios abordaron desde la hipótesis ¿Qué hubiera pasado si los indígenas precolombinos llegaban a Europa antes que Colón llegara a América? ¡Jugosa idea! Este planteo nace también del deseo de cambiar la historia tal como sucedió: el “descubrimiento” de América por Colón ha suscitado en este “Nuevo Mundo” muchos lamentos, y demasiados americanos han establecido que el 12 de octubre de 1492 fue el día que se inició la catástrofe y el sometimiento de estas tierras; catástrofe y sometimiento que continúan al día de hoy, dicen.


Sin entrar en planteos indigenistas o pseudo-progres, Federico Andahazi toma esa idea jugosa y construye con ella una historia, la de Quetza, un huérfano de dos años que va a ser sacrificado al dios de la guerra azteca. Con el sacrificio ritual se inicia el relato, que a mi criterio se divide en tres partes:
La primera, ambientada en Tenochtitlan, es abundante en descripciones, mientras que la acción lleva un ritmo lento. Andahazi nos lleva de la mano por la sociedad azteca de esa ciudad, introduciendo a cada tanto palabras en la lengua original de ese pueblo (aunque a veces abusa de la expresión “significa…tal”). Se ve que Andahazi ha leído bastante acerca de la sociedad y costumbres de la época en Tenochtitlan.
La segunda parte entra en el relato del viaje hacia Europa y la llegada a aquel continente. Hay razones para este viaje, que se encuentran obviamente en la primera parte del libro, aunque no son una verdadera sorpresa. Justamente me pareció que la primera parte se estiraba demasiado y que la segunda parte (la del viaje a Europa) tardaba demasiado en llegar. Y cuando llega las acciones se suceden más vertiginosamente, como si el autor se hubiera dado cuenta que “se le hacía tarde” y apuró el relato. Las descripciones de la Europa del siglo XV son muy buenas, y la inversión de roles entre “descubridor” e “indígenas” funciona muy bien.
En la tercera parte hay un viaje más, que no vamos a contar acá para no arruinar el final. Esta parte contiene una sucesión más vertiginosa aún que la anterior.
La sensación que me quedó fue la que ya comenté, que la primera parte se hacía demasiado larga, pues la parte “sabrosa” era la segunda, el viaje a Europa. Cuando uno lee en la portada del libro que se trata del viaje de los aztecas a Europa, compra la idea y empieza a leer para encontrar el nudo en esa parte. Pero Andahazi se demora. Incluso las conexiones entre los sucesos en Tenochtitlan y el viaje en sí son poco sólidos, solamente la vida de Quetza. Hay intrigas y maquinaciones, pero no alcanzan un ritmo que pueda atrapar. Por otra parte la minuciosidad en las descripciones es muy buena para quien quiera hacerse una idea de lo que fue Tenochtitlán antes de que se abriera su debacle; pero para el relato en sí no son tan necesarias. Si hubiera una historia que se desarrolla enteramente en esa ciudad, haciendo de cuenta que Europa no existe, estaría mejor.
La pregunta ¿Qué hubiera pasado si…? Implica que “eso”, esa posibilidad, no sucedió finalmente. Andahazi resuelve la aventura con un golpe de pluma, que cierra el círculo y deja a la Historia en condiciones de ser ella realmente como fue. Pero como ese golpe de pluma está al final, y se gastó demasiado libro en la primera parte, “el hecho” pasa rapidísimo ante nuestros ojos. Uno dice: “pero… ¿y así nomás?”. Y se acabó la historia.
Federico Andahazi ganó el premio Planeta 2006 a la mejor novela, y sus méritos tiene para gustar al jurado que le concedió el laurel. Pero cada lector es un jurado, de modo que habréis de juzgarlo y decidir si revalida el premio. A mi me dejó esperando por más.

1 comentario:

Yago dijo...

Hemos llegado a la misma conclusión...aunque leyendote, creo que lo dejás más claro que yo. Al libro le falta "algo" y considero que el autor no sabe como terminar.
De los premios planeta pienso que son un negocio.