domingo, 23 de noviembre de 2008

Otra del Che Guevara

“Che, Part 1” (2008)



Hombre controvertido, polémico, amado, detestado, recordado, nombrado y mostrado। Ernesto “Che” Guevara suma todos estos adjetivos y más, demostrando una vigencia que muy pocos alcanzan. Ni siquiera nuestros grandes próceres continentales, como San Martín o Bolívar se mantienen al día en la opinión pública como el Che. Si exceptuamos al Loco Chávez, que lo menciona a Bolívar hasta en la sopa, pobre don Simón.
En este contexto, sale una nueva película sobre Guevara, una más. Y lo novedoso es que se trata de una mini saga de dos filmes, así que estamos en presencia solo del primero de ellos. De ahí su título original de “Che, part one”, subnombrada “the argentine”.
Esta película cuenta la acción del Che en Cuba desde su llegada hasta la famosa batalla en Santa Clara, con el episodio del tren blindado incluido। La “part 2” lleva el subtítulo de “Guerrilla” y nos contará el resto de la odisea del Che, hasta su muerte en Bolivia, supongo।
Esta peli se acaba de estrenar en Argentina y se me ocurrió verla esta semana, porque hacía tiempo que no sentaba en el cine। Entre las opciones, “Che” era la más pasable, porque confieso que no me gusta el endiosamiento que hay acerca de la figura del médico-guerrillero. Y entré pensando que vería algo nuevo o distinto acerca de su figura: me equivoqué.
La película es una coproducción hispanonorteamericana dirigida por el yanki Steven Soderbergh, director de la recordada “Sexo, mentiras y video” y más recientemente de “Traffic”। Este director incorpora interesantes recursos visuales para contar una historia que ya han contado muchos. De este modo, mientras vemos al Che en la selva cubana, se intercalan imágenes en blanco y negro con movimientos de cámara y ángulos visuales muy novedosos, que nos hacen dar un salto en el tiempo para mostrarnos el viaje del guerrillero (ya como integrante del gobierno revolucionario cubano) a EEUU para hablar ante las Naciones Unidas. Estas son a mi juicio las mejores partes de la película, y en un primer momento llegué a creer que se trataba de material de archivo, tal es la apariencia de veracidad que transmiten esas imágenes. En estas secuencias es donde el portorriqueño Benicio del Toro consigue su mejor interpretación del Che, y podeis verlo en las fotos que acompañan este post: su apariencia, sus movimientos y su tono de voz son lo más cercano al Che verdadero.


Distinto es el caso del Che en la selva, donde Benicio luce un poquito panzón para ser alguien que vive y lucha a la intemperie, pasando privaciones y sufrimientos। Aquí su tono de voz se hace “castellano neutro” y no convence, pero zafa। En lo que sí falla Benicio es cuando usa el término “che”. Precisamente a Guevara sus compañeros comenzaron a llamarlo así porque él utilizaba a cada rato la muletilla “che”, básica en la oralidad argentina. Nosotros usamos “che” cotidianamente, de una forma natural, y esa naturalidad es la que le falta a Del Toro cuando dice “¡che!”, con fuerza, al punto que se parece al personaje de José “Pepitito” Marrone, que decía “¡ché!”. Tal vez Benicio debería haber estudiado un poco más a este vocablo en acción.
Debido a la coproducción de EEUU con España, podemos ver en el elenco a varios españoles y a otros latinoamericanos. El mexicano Demián Bichir interpreta a Fidel Castro, logrando captar sus gestos y su presencia pero no así su acento al hablar. La colombiana Catalina Sandino Moreno interpreta a Aleida March, la joven militante que se siente cautivada por el guerrillero y que después… no adelantemos, tal vez eso lo cuenten en la “part two”. Esta chica aporta su belleza para componer un personaje femenino que le pone hermosura a la guerra (en la foto la vemos junto al Che en pleno combate).
Por lo demás, y exceptuando esas escenas en blanco y negro que mencionamos, la película no tiene nada de novedoso। El filme parece destinado a realzar al Che como mito, ya que está idealizado: todas sus acciones y sus palabras expresan a cada rato su convicción revolucionaria y antiimperialista, no piensa en otra cosa. Argentina, su lugar de nacimiento, no aparece ni una sola vez en toda la película (yo esperaba que en las escenas de la ONU podría ser, pero nada): de modo que el subtítulo “the argentine” no tiene sentido. Pero no hay problema, porque no se ve a Guevara extrañando a su país natal o su familia o amigos. Una sola vez se lo ve tomando mate. No habla con nadie de temas de medicina, o de su familia. Una sola vez menciona a su esposa e hija que están en México. En definitiva se lo ve como una persona que “lucha sin descanso” no en sentido metafórico, sino literal. La película, entonces, falla en mostrarnos al ser humano, algo que aquí en Argentina los críticos revisionistas le critican a la historiografía oficial.
Creo que más valor tiene que los norteamericanos, cuyo gobierno ha sido ácidamente criticado por Guevara, sean los hacedores de este filme। Eso demuestra que, a pesar de toda la munición que les podamos tirar, los yankis son capaces de hacer películas donde ponen a sus enemigos ideológicos como héroes, y eso no es un mérito menor.
Me olvidaba: las escenas de combate están bien logradas, gracias a este estilo de “realismo bélico cinematográfico” que impuso la cinta “Rescatando al soldado Ryan”. Ángulos de cámara muy jugados, escenas rapidísimas, con cierto toque a tragicomedia. Rescato eso del filme, además de las escenas en Mueva York por el viaje a la ONU (allí se ve a furiosos ciudadanos gringos protestando contra el Che y su comunismo). Imperdible la parte en que Guevara se encuentra con McCarthy en Nueva York.
Para fanáticos del Che, de todo tipo। Los que conocen su historia encontrarán en esta película agua fresca para nutrir sus convicciones. Los que no conocen al Che pero igual lo admiran (que son la mayoría, a mi juicio), podrán en este film descubrir mucho del pensamiento de Guevara, pensamiento que él puso en práctica y gracias a lo cual ha ganado su lugar en la moderna mitología.
El Che es un luchador, un idealista (a esto apunta el filme) y por tanto una persona contradictoria: como cuando proclama que la primera cualidad del guerrillero debe ser “amar”, y después pregona “hemos fusilado, y seguiremos fusilando”. Razones para amarlo, temerlo o cuestionarlo, pero nunca pasar de lado ante su figura.

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